PRINCIPIOS Y METODOLOGÍA PARA ABRIR
EL TERCER OJO
1.1 No forzar, no concentrarse, únicamente estar consciente
No debería confundirnos el hecho de que nuestro propósito sea una nueva clarividencia o visión del Ser Superior. Verdaderamente, el Ser Superior ya está ahí, esperando en el fondo de uno mismo. No se va a "construir" el Ser Superior y su visión, sino que cada uno va a revelarla, o más bien a permitir que se revele por sí misma. El desarrollo espiritual es una lucha, ciertamente, pero la principal arma en esta lucha es dejarse llevar.
Con esta perspectiva de apertura, no es apropiado concentrarse, luchar o forzar. Si se hiciera así, qué sucedería? Se estaría operando desde la mente ordinaria, esto es, desde dicha fracción de uno mismo con la que se piensa (la mente discursiva, que no cesa de hablar en el interior de la cabeza en todo momento). Todos hemos sido condicionados desde una temprana edad a hacerlo todo desde la mente. Por lo tanto, si tratamos de "hacer" la función de percepción, es probable que permanezcamos atrapados en la mente discursiva - un plano que es notablemente inadecuado para cualquier tipo de percepción espiritual.
Dejemos de hacer. Estemos completamente conscientes, pero solamente conscientes. Permitamos que lo que está escondido en las profundidades emerja y sea revelado a nuestra conciencia. No hagamos nada, dejemos que las cosas sucedan. Fluyamos con lo que venga.
En el mundo físico, cuando se desea algo hay que luchar para conseguirlo. Pero en los mundos espirituales todo está invertido, como si fuera el otro lado del espejo. Si se quiere algo, debe dejarse que llegue. Es una nueva habilidad que hay que desarrollar. Podría denominarse "dejarse llevar activamente" o "dejarse llevar creativamente". Es la capacidad de ser transparente y permitir que los estados de conciencia se revelen a través de uno mismo.
Limitándonos a estar conscientes, todo sucederá.
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