1.9 Permanezcamos relativos
Uno de los descubrimientos más fascinantes que resultan de entender los escritos de personas muy iluminadas es que dichas personas han visto el mundo de formas completamente diferentes.
En la tradición hindú, por ejemplo, tómense los Jnanis y Sri Aurobindo. En los trabajos de Sri Aurobindo, el mundo se presenta como la encarnación progresiva de una perfección divina. La muerte es una burla, y el Trabajo apunta a la inmortalidad física mediante la iluminación de la materia física. Para los Jnanis, por el contrario, la vida encarnada es un error fatal. En realidad, para los Jnanis todo el universo es un error, una especie de emanación transitoria, grosera y nauseabunda. Y el único propósito de la vida es coger un billete de ida de todo ello, tan rápidamente como sea posible.
Sri Aurobindo fue universalmente aclamado en India como uno de los yoguis más iluminados de todos los tiempos. Pero no se piense que los Jnanis son superficiales. Un jnana-yogui como Nisargadatta Maharaj, por considerar un ejemplo reciente, ha impresionado profundamente a toda su generación, a Oriente y a Occidente, por la inmensidad de sus estados de conciencia.
No existe ninguna salida fácil para este hecho: dependiendo desde donde se esté observando, así se verá el universo y su finalidad, de modos completamente diferentes. Es importante ponderar este hecho, ya que me parece que es uno de los mejores antídotos contra el dogma. Cualesquiera que sean las propias visiones, no deben convertirse en una prisión. Siempre debe dejarse espacio para cambiar la propia mente y sistema de ver el mundo.
Para las personas que deseen comprometerse con el estilo de trabajo de Clairvision, recomiendo en particular que se trabaje con dos cuerpos de doctrina completamente diferentes, tales como los de los Gnósticos y los de Rudolf Steiner, por ejemplo. El motivo para esta elección es que ambos surgen de vastas iluminaciones, están llenos de sabiduría e información práctica relativa al camino de la alquimia interior y de la tradición esotérica occidental y, por último aunque no por ello sea menos importante... son totalmente irreconciliables en numerosos aspectos clave! Así que, si se desea operar con los dos sistemas, no hay otra elección que permanecer relativo respecto al valor de las concepciones mentales.
Una vez más, no es lo que se crea o lo que se haya leído lo que cambiará la propia vida espiritual, sino lo que pueda experimentarse directamente. De ahí el trabajo sugerido en el presente libro, el cual apunta a generar la capacidad de sintonizar y alcanzar la propia percepción de los mundos espirituales.
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