martes, 29 de julio de 2014

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión XII

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión XII

5.12 Clímax Atlante


Cierre los ojos y comience la reconexión (sección 5.3): Fricción en la garganta y conciencia de la vibración en el ojo. Entonces permanezca consciente del espacio oscuro o púrpura durante unos dos minutos.
Abra los ojos e implemente el doble proceso de visión descrito en la sección 5.4:
1) Hágase consciente en el entrecejo, con inmovilidad total.
2) Simultáneamente, en lugar de mirar hacia ninguno de los detalles de la imagen de enfrente, hágase consciente del hecho de ver, o estado de visión (o, más sencillamente, sienta la imagen en vez de mirarla).
Para esta práctica en concreto es fundamental que se parpadee lo mínimo posible, y preferiblemente nada en absoluto. Hay que construir una fuerte presión en el entrecejo, y alcanzar un clímax de quietud. Ambos se llevan bien: cuanto más enfocado se esté en el ojo, más inmóvil se permanecerá. Y cuanto más se permita que la energía se densifique (o "cristalice") mediante la inmovilidad, más se podrá fortalecer la vibración en el ojo.
Hágase cada vez más inmóvil. Fortalezca la presión en el entrecejo hasta que el cuerpo se sienta tan sólido como una estatua - una estatua de vibración - Lentamente, el estado se convierte en una inmovilidad conectada que da la sensación de una gran acumulación de poder, como si el ojo estuviera recibiendo la fuerza de una columna de energía que descendiera directamente sobre el mismo. Cuanto más pueda cesarse el movimiento de cada simple célula del cuerpo, más podrá el ojo recibir la fuerza, y más densa e intensa se hará la vibración.
Continúe fortaleciendo la vibración durante unos cuantos minutos. Explore el clímax, el máximo poder que pueda recibirse en el ojo mediante la quietud absoluta. Deje que el poder brille por todo el cuerpo.
Entonces cierre los ojos. Frótese las manos. Coloque las palmas de las manos sobre los ojos cerrados, como ya se indicó en la sección 5.5.
Comentarios
  • Durante los últimos períodos de la Atlántida, mediante prácticas bastante similares a la descrita era posible lograr una gran maestría sobre las fuerzas de la naturaleza. Ahora la rueda ha girado y los métodos de antaño ya no dan los mismos resultados. Varias leyes de la naturaleza operan de modo completamente distinto y no sería posible alcanzar dicha maestría empleando dichas técnicas. Hay que seguir nuevos caminos de iniciación.
  • Cuando se practica con la intensidad requerida, este ejercicio fortalece un estado de conciencia con dos características principales. La primera es una extraordinaria sensación de poder. La segunda es una obvia falta de compasión. Este estado está ausente de cualquier sentimiento de empatía hacia la persona que se sienta enfrente. Estos dos aspectos resumen bastante bien la situación en la Atlántida, así como algunas de las razones de su desaparición.
  • Esta práctica no debe realizarse con regularidad. Sólo se ha expuesto aquí con el fín de facilitar una vislumbre de estados de conciencia remotos. Es especialmente interesante practicar la próxima técnica (sección 5.13) para así comparar la diferente vibración y atmósfera que aporta el sentimiento de corazón.

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