Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión VII
5.7 Algunas experiencias comunes al practicar contacto visual
- La imagen se distorsiona. Las líneas nítidas se transforman en borrosas.
No hay que resistir, deje que la imagen se distorsione cada vez más. Al principio, hay que dejar que se vaya la imagen física antes de que se puedan percibir las imágenes no físicas. En consecuencia, hay que dejar que la imagen física se distorsione y se haga borrosa. Hay que fluir con lo que nos llega, incluso si no tiene ningún sentido. Más adelante se podrá analizar la experiencia. Si se intenta pensar mientras ocurre, no ocurrirá.
En un estadio más avanzado será posible tener al mismo tiempo tanto la imagen física como la no física. Pero, al principio, hay que dejar que los contornos nítidos desaparezcan y permitir que la imagen se haga borrosa antes de poder ver halos y colores astrales.
- La persona frente a nosotros parece que esté mucho más alejada de lo que en realidad está.
Es un signo excelente. Indica que se está cambiando de la visión de la realidad física a la visión de los planos sutiles. Tan pronto como se alcance la percepción del mundo astral, las distancias tomarán un aspecto muy diferente. No es raro que la persona que se sienta enfrente parezca que esté muy lejos. Cuandoquiera que esto ocurra, indica que se está viendo más allá del plano físico.
- Se ven colores.
En los mundos astrales, la luz no procede de un sol ni de ninguna fuente externa, como por ejemplo una lámpara. Los objetos y los seres se ven debido a su propia luminosidad, derraman su propia luz. Parece como si estuvieran "hechos de colores" inmersos en una atmósfera de penumbra.
Sin embargo, siempre debería recordarse que los colores astrales son bastante diferentes de los físicos y, por tanto, es virtualmente imposible describirlos con precisión debido a la falta de referencias en nuestro entorno físico. Una diferencia importante es que los colores astrales con frecuencia parecen una mezcla de distintos matices. Pero los diferentes componentes de un color astral nunca se mezclan lo más mínimo, a diferencia de lo que puede observarse en el mundo físico. En el mundo físico, cuando dos colores se mezclan, ambos desaparecen y surge un tono intermedio. Por ejemplo, si se combinan azul y amarillo se obtiene el verde. El azul y el amarillo desaparecen y sólo queda el verde. En el plano astral la situación es bastante diferente: los colores parece que estén compuestos por miles de puntos diminutos e híperbrillantes. Por ejemplo, hay un "azul-amarillo-verde" en el que pueden apreciarse puntos brillantes azules, amarillos y verdes intrincadamente entretejidos. Los colores astrales raras veces son completamente uniformes, su gran variedad y asombrosa belleza está más allá de cualquier comparación con lo que pueda observarse en el mundo físico.
Debido a la dispar naturaleza de los colores astrales y físicos, no tiene mucho sentido intentar etiquetar un aura como "verde", o "azul", o "amarilla". Por este motivo hay que ser cautos cuando, en determinados libros, se lee que verde en el aura indica una emoción en particular, azul otra distinta y así sucesivamente. Al simplificar en exceso se puede incurrir en afirmaciones sin ningún sentido.
- La habitación en la que se esté practicando parece que esté más oscura, cambia la calidad de los colores.
El trasfondo de los colores astrales es lo que los ocultistas han denominado "luz astral". Es el color básico que impregna el espacio astral, no siendo distinto de la luz púrpura que se ve cuando se medita en el ojo. Bien podría denominarse "penumbra astral", dado que aparece como una semioscuridad, definitivamente más apagada que la luz diurna del mundo físico, aunque de diferente naturaleza que la oscuridad de la noche. La oscuridad física es una ausencia de luz, mientras que la oscuridad astral reluce, de ahí la expresión "penumbra visible" que se emplea en la tradición masónica.
Cuando se practique el contacto visual y el espacio de la habitación de repente aparezca oscuro, incluso en el caso de que sea en pleno día, quiere decir que se está viendo la luz astral. Se está trasladando la percepción desde el mundo físico al espacio astral. Muy a menudo, estará acompañada por una percepción diferente de los colores, que aparecerán tal y como se indica en los párrafos precedentes.
El espacio astral no es ni único ni uniforme. A medida que se vaya avanzando en la meditación y en los viajes astrales, se aprenderá a saltar de un espacio astral a otro. Una de las referencias que permitirá encontrar el camino es la calidad de los colores y el matiz básico de la luz astral, los cuales varían en función del espacio en que se esté. En ciertas regiones del espacio el trasfondo de la luz astral es lechoso, en otros es oscuro, casi negro, o incluso verde azulado como bajo el océano. Aún antes de alcanzar la etapa de los viajes astrales, cuando se medite en el ojo se podrán observar dichas variaciones en el color del espacio.
El prodigio es que sea posible - cuando haya madurado el estado de visión - contemplar varios planos astrales a la vez. A determinado nivel durante el proceso de apertura, incluso se llegará a acompasar simultáneamente el mundo físico con la visión.
En esta explosión de colores, la magnificencia del universo llega a ser tal que fuerza la apertura del corazón. La belleza a veces alcanza el límite de lo que puede soportarse. La vida se convierte en una maravilla y en una gran diversión.
Al otro lado de los mundos astrales hay otro mundo, llamado devachan por los ocultistas occidentales y svarga-loka, o mundo de los dioses, en la tradición hindú. En este mundo, nuevamente se puede percibir una gama de luces completamente distinta. Estos son a los colores astrales lo que el día es a la noche.
- Otra cara aparece en vez de la cara de la persona con quien se realiza la práctica:
Esta es una de las experiencias más comunes cuando se practican las técnicas de contacto visual: la cara de la persona sentada enfrente desaparece y en su lugar puede verse otra cara. Si se está practicando a solas, con un espejo, es la propia cara la que desaparece y es reemplazada por otra. Dichas caras corresponden, principalmente, a cuatro posibilidades: 1) Guías espirituales. 2) Vidas pasadas. 3) Una sub personalidad. 4) Un ente.
1) Guías espirituales: Para los propios guías espirituales es bastante común manifestarse de esta manera a la persona con la que se está practicando. Conforme se progrese, se adquirirá la capacidad de manifestar consciente mente a los propios guías sobre la propia energía; de una manera que será visible a otros incluso si su clarividencia es mínima. El contacto visual es realmente una de las formas más simples y directas para lograr ver los guías espirituales.
Una variación de esta experiencia a menudo ocurre mientas se escucha una charla dada por un maestro espiritual. Si uno se queda muy quieto, deja de parpadear y practica el método de visión mientas le mira fijamente, a veces puede verse desaparecer su cara y ser reemplazada por la de su maestro o la de otro ser elevado que haya tras él.
2) Cuando cambien las caras, otra posibilidad es que se esté viendo la imagen de uno mismo, o la del amigo con quien se practica, en una vida anterior.
3) La cara también puede ser una sub personalidad propia o del compañero de práctica. Aunque esto no es muy diferente de lo que se ha tratado en el punto 2), si se considera que las sub personalidades han sido formadas por las circunstancias de vidas pasadas.
4) La cara también puede ser la de un ente, o sea, una presencia adherida a uno mismo. Un ente puede ser considerada como un parásito no físico. Así como algunos parásitos físicos pueden pegarse a diversas partes del cuerpo físico, asimismo algunas energías o presencias no físicas pueden adherirse a la propia energía.
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