martes, 29 de julio de 2014

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión X

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión X

5.10 La naturaleza de la mente es la sujeción


Cuál es la parte de uno mismo que se retrae cuando se realiza el ejercicio anterior (sección 5.9)? Es el plano de la conciencia mental ordinaria, el cual se corresponde con el cuerpo astral del Vocabulario Clairvision (y del vocabulario de Steiner) y al manas de la tradición hindú. Es un plano que funciona mediante la reacción. Los maestros tibetanos emplean un vocablo muy adecuado para describirlo: sujeción. Obsérvese cómo opera normalmente la mente. A la mente llega un pensamiento, por ejemplo acerca del frigorífico. Inmediatamente, la mente sujeta dicho pensamiento y lo encadena a otro. Es como una reacción al pensamiento previo. Se piensa, "tengo que ir al supermercado para llenar el frigorífico". Y entonces ocurre otra sujeción, y se conecta otro pensamiento con el primero: "también tengo que pasar por el banco"... y así sucesivamente. Se teje una cadena de pensamientos, la cual nos lleva lejos del pensamiento original.
Durante el contacto visual la propia experiencia confirmará lo adecuado del término "sujeción" para describir esta pequeña aunque rápida reacción que nos hace perder la percepción de la imagen borrosa y nos proyecta hacia atrás en la imagen física nítida. Cuando esto ocurra, seguro que se siente una especie de contracción pequeña - no una contracción física, sino una sujeción de la mente.
La percepción sutil requiere dejarse llevar, y eso es exactamente lo que la conciencia mental ordinaria - la mente-manas - no puede asimilar. La mente tiene que sujetar, pues esa es su verdadera naturaleza. La mente-manas nos sujeta hacia atrás, hacia la imagen física, del mismo modo que un músculo del cuerpo físico se tensa en una situación de estrés emocional.
Es fundamental que nos mantengamos observando cuidadosamente este proceso. Volvamos al foco en el tercer ojo y en el estado de visión, dejemos que la imagen se altere de nuevo... y, de repente, aparecerá otra sujeción de la mente, y desaparecerán todas las percepciones. Cuando un maestro como Sri Aurobindo dice que una mente silenciosa es prerrequisito para la experiencia yóguica más elevada, no está implicando otra cosa que la erradicación de dichas sujeciones. Cuanto más se observen las sujeciones, más aparecerán como algo superpuesto a la propia percepción natural.

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión IX

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión IX

5.9 Observando las sujeciones de la mente


Prepárese para el contacto visual (sección 5.2). Recuerde que la distancia entre ambos ha de ser tal que la palma de la mano no pueda alcanzar la nariz del compañero.
Haga una reconexión (sección 5.3) durante dos o tres minutos.
Practique el contacto visual tal como se vio en la sección 5.4:
1) Hágase consciente en la zona del entrecejo. Emplee el foco en el ojo para lograr estar absolutamente inmóvil y pestañear lo menos posible.
2) En vez de mirar algunos de los detalles de la imagen que hay frente a uno mismo, hágase consciente del hecho de ver, o del estado de visión (si el concepto de estado de visión aún no está claro, limítese a "sentir la imagen" en lugar de mirarla).
La tendencia natural es que se altere la imagen física. Los contornos se harán borrosos, aparecerán nuevos colores y ocurrirá todo tipo de modificaciones de la imagen, tal como se describió en la sección 5.7.

A medida que se vaya practicando podrá observarse un mecanismo de gran interés. De vez en cuando algo parece retraerse dentro de uno mismo. De repente se pierden los colores o caras (no físicos), los contornos se hacen nítidos otra vez y se está de nuevo en la imagen física. Es como si algo nos tirara hacia atrás, como si una parte de uno mismo no pudiera asimilar la expansión de la visión. En la fracción de un segundo se está otra vez en el modo usual de percepción de la realidad física. Los halos han desaparecido y los contornos se han vuelto a delinear con claridad de nuevo.
En este caso no hay que cerrar los ojos, sino relajarse y volver al ojo, comenzando el proceso otra vez. Construya el foco de quietud en el ojo, hágase consciente del hecho de ver... y lentamente pasará de nuevo al modo de visión "no mental": la imagen se hará borrosa otra vez y reaparecerán los halos y/o colores.

Otro hallazgo interesante es que, cuando se esté en el modo expandido de percepción (la imagen borrosa "no mental"), la visión se hará periférica y abarcará por completo el campo frente a uno mismo. Se verá mucho más que lo que hay a cada lado de la imagen. Pero, tan pronto como sea traído hacia atrás, a la imagen de contornos definidos, la visión se hará de nuevo selectiva. La percepción se limitará a algunos detalles en el centro de la imagen y se perderá de vista lo que haya a los lados. Únicamente se estará en contacto con una fracción del campo.
Para resumir, esta práctica consiste en ir al interior del ojo y estarse muy quieto, sin parpadear y dejando que la imagen se haga borrosa. Entonces, hay que observar cómo "algo interno" se retrae de vez en cuando y nos proyecta hacia atrás, a la imagen de contornos definidos. Relájese, déjese trasladar de nuevo a la imagen borrosa, en la que podrán aparecer colores alterados... Hasta que "algo interno" se contraiga otra vez; y entonces será como si se cayera: se pierde la percepción de forma abrupta. Trate de hacerse consciente al máximo de la naturaleza de dicho "algo" que provoca que se caiga del estado de percepción.
Continúe la práctica durante cinco a diez minutos, o algo más.
Entonces cierre los ojos. Frótese las manos. Póngase las palmas de las manos sobre los ojos cerrados, como se indicó en la sección 5.5.

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión VIII

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión VIII

5.8 Qué hacer con las experiencias



Este es un punto que puede evitar muchos problemas si se entiende en su totalidad: Se recomienda encarecidamente que no se trate de analizar demasiado lo que se vea. Mientras se practiquen estos ejercicios vendrán diferentes visiones. Se ha de aceptar lo que vaya llegando, pues se precisará cierto tiempo antes de que pueda comprenderse lo que significa, puesto que poder interpretar con seguridad lo que significan las visiones conlleva unos elevados conocimientos esotéricos y experiencia interior.
Por ejemplo, cuando se vea otra cara durante el contacto visual, al principio será muy difícil saber si pertenece a la otra persona o a uno mismo. Aparte del hecho de que pueda confundirse un ente con un guía espiritual (lo cual es extremadamente habitual en estos días), no hay que ignorar nunca la posibilidad de que lo que se esté viendo en la cara del amigo sea una proyección de uno mismo. Si se trata de analizar las cosas con excesiva rapidez, se correrá el riesgo de acabar completamente equivocado.
En general, visiones y experiencias han de ser profundamente digeridas al nivel del alma, más que ser mentalmente evaluadas. Es mucho más sabio coger unos lápices y hacer unos dibujos de las visiones, por ejemplo, que preocuparse por las mismas. Deje que las experiencias trabajen en sí mismo, más que tratar de trabajar en lo que ellas significan. Deje que las experiencias figuren en su proprio ser, en lugarde tratar de figurar lo que ellas significan.
Recuerde que el énfasis está en el hecho de ver, o estado de visión, y no en el contenido de las visiones. Cuando se practique de acuerdo con los principios expuestos en este libro, la visión es un avance en las regiones de conciencia más elevadas. Esto creará brechas en nuestra fachada de rigidez mental y nutrirá el crecimiento de nuestro Ser Superior mediante sofisticados mecanismos de alquimia interior. A este respecto, el contenido de la visión es secundario.
Si se practica siguiendo estas directrices, poniendo más énfasis en el hecho de ver que en el contenido de las visiones, entonces no se construirán castillos en el plano astral, y el viaje espiritual será seguro. Definitivamente, será la luz pura del Espíritu lo que nos permitirá discriminar y movernos hacia la Verdad, incluso en las circunstancias más confusas.

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión VII

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión VII

5.7 Algunas experiencias comunes al practicar contacto visual


  • La imagen se distorsiona. Las líneas nítidas se transforman en borrosas.

No hay que resistir, deje que la imagen se distorsione cada vez más. Al principio, hay que dejar que se vaya la imagen física antes de que se puedan percibir las imágenes no físicas. En consecuencia, hay que dejar que la imagen física se distorsione y se haga borrosa. Hay que fluir con lo que nos llega, incluso si no tiene ningún sentido. Más adelante se podrá analizar la experiencia. Si se intenta pensar mientras ocurre, no ocurrirá.
En un estadio más avanzado será posible tener al mismo tiempo tanto la imagen física como la no física. Pero, al principio, hay que dejar que los contornos nítidos desaparezcan y permitir que la imagen se haga borrosa antes de poder ver halos y colores astrales.
  • La persona frente a nosotros parece que esté mucho más alejada de lo que en realidad está.

Es un signo excelente. Indica que se está cambiando de la visión de la realidad física a la visión de los planos sutiles. Tan pronto como se alcance la percepción del mundo astral, las distancias tomarán un aspecto muy diferente. No es raro que la persona que se sienta enfrente parezca que esté muy lejos. Cuandoquiera que esto ocurra, indica que se está viendo más allá del plano físico.
  • Se ven colores.

En los mundos astrales, la luz no procede de un sol ni de ninguna fuente externa, como por ejemplo una lámpara. Los objetos y los seres se ven debido a su propia luminosidad, derraman su propia luz. Parece como si estuvieran "hechos de colores" inmersos en una atmósfera de penumbra.
Sin embargo, siempre debería recordarse que los colores astrales son bastante diferentes de los físicos y, por tanto, es virtualmente imposible describirlos con precisión debido a la falta de referencias en nuestro entorno físico. Una diferencia importante es que los colores astrales con frecuencia parecen una mezcla de distintos matices. Pero los diferentes componentes de un color astral nunca se mezclan lo más mínimo, a diferencia de lo que puede observarse en el mundo físico. En el mundo físico, cuando dos colores se mezclan, ambos desaparecen y surge un tono intermedio. Por ejemplo, si se combinan azul y amarillo se obtiene el verde. El azul y el amarillo desaparecen y sólo queda el verde. En el plano astral la situación es bastante diferente: los colores parece que estén compuestos por miles de puntos diminutos e híperbrillantes. Por ejemplo, hay un "azul-amarillo-verde" en el que pueden apreciarse puntos brillantes azules, amarillos y verdes intrincadamente entretejidos. Los colores astrales raras veces son completamente uniformes, su gran variedad y asombrosa belleza está más allá de cualquier comparación con lo que pueda observarse en el mundo físico.
Debido a la dispar naturaleza de los colores astrales y físicos, no tiene mucho sentido intentar etiquetar un aura como "verde", o "azul", o "amarilla". Por este motivo hay que ser cautos cuando, en determinados libros, se lee que verde en el aura indica una emoción en particular, azul otra distinta y así sucesivamente. Al simplificar en exceso se puede incurrir en afirmaciones sin ningún sentido.
  • La habitación en la que se esté practicando parece que esté más oscura, cambia la calidad de los colores.

El trasfondo de los colores astrales es lo que los ocultistas han denominado "luz astral". Es el color básico que impregna el espacio astral, no siendo distinto de la luz púrpura que se ve cuando se medita en el ojo. Bien podría denominarse "penumbra astral", dado que aparece como una semioscuridad, definitivamente más apagada que la luz diurna del mundo físico, aunque de diferente naturaleza que la oscuridad de la noche. La oscuridad física es una ausencia de luz, mientras que la oscuridad astral reluce, de ahí la expresión "penumbra visible" que se emplea en la tradición masónica.
Cuando se practique el contacto visual y el espacio de la habitación de repente aparezca oscuro, incluso en el caso de que sea en pleno día, quiere decir que se está viendo la luz astral. Se está trasladando la percepción desde el mundo físico al espacio astral. Muy a menudo, estará acompañada por una percepción diferente de los colores, que aparecerán tal y como se indica en los párrafos precedentes.
El espacio astral no es ni único ni uniforme. A medida que se vaya avanzando en la meditación y en los viajes astrales, se aprenderá a saltar de un espacio astral a otro. Una de las referencias que permitirá encontrar el camino es la calidad de los colores y el matiz básico de la luz astral, los cuales varían en función del espacio en que se esté. En ciertas regiones del espacio el trasfondo de la luz astral es lechoso, en otros es oscuro, casi negro, o incluso verde azulado como bajo el océano. Aún antes de alcanzar la etapa de los viajes astrales, cuando se medite en el ojo se podrán observar dichas variaciones en el color del espacio.
El prodigio es que sea posible - cuando haya madurado el estado de visión - contemplar varios planos astrales a la vez. A determinado nivel durante el proceso de apertura, incluso se llegará a acompasar simultáneamente el mundo físico con la visión.
En esta explosión de colores, la magnificencia del universo llega a ser tal que fuerza la apertura del corazón. La belleza a veces alcanza el límite de lo que puede soportarse. La vida se convierte en una maravilla y en una gran diversión.
Al otro lado de los mundos astrales hay otro mundo, llamado devachan por los ocultistas occidentales y svarga-loka, o mundo de los dioses, en la tradición hindú. En este mundo, nuevamente se puede percibir una gama de luces completamente distinta. Estos son a los colores astrales lo que el día es a la noche.
  • Otra cara aparece en vez de la cara de la persona con quien se realiza la práctica:

Esta es una de las experiencias más comunes cuando se practican las técnicas de contacto visual: la cara de la persona sentada enfrente desaparece y en su lugar puede verse otra cara. Si se está practicando a solas, con un espejo, es la propia cara la que desaparece y es reemplazada por otra. Dichas caras corresponden, principalmente, a cuatro posibilidades: 1) Guías espirituales. 2) Vidas pasadas. 3) Una sub personalidad. 4) Un ente.
1) Guías espirituales: Para los propios guías espirituales es bastante común manifestarse de esta manera a la persona con la que se está practicando. Conforme se progrese, se adquirirá la capacidad de manifestar consciente mente a los propios guías sobre la propia energía; de una manera que será visible a otros incluso si su clarividencia es mínima. El contacto visual es realmente una de las formas más simples y directas para lograr ver los guías espirituales.
Una variación de esta experiencia a menudo ocurre mientas se escucha una charla dada por un maestro espiritual. Si uno se queda muy quieto, deja de parpadear y practica el método de visión mientas le mira fijamente, a veces puede verse desaparecer su cara y ser reemplazada por la de su maestro o la de otro ser elevado que haya tras él.
2) Cuando cambien las caras, otra posibilidad es que se esté viendo la imagen de uno mismo, o la del amigo con quien se practica, en una vida anterior.
3) La cara también puede ser una sub personalidad propia o del compañero de práctica. Aunque esto no es muy diferente de lo que se ha tratado en el punto 2), si se considera que las sub personalidades han sido formadas por las circunstancias de vidas pasadas.
4) La cara también puede ser la de un ente, o sea, una presencia adherida a uno mismo. Un ente puede ser considerada como un parásito no físico. Así como algunos parásitos físicos pueden pegarse a diversas partes del cuerpo físico, asimismo algunas energías o presencias no físicas pueden adherirse a la propia energía.

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión VI

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5.6 Parpadear o no parpadear


En Hatha-Yoga hay una técnica llamada trataka, en la cual se mira fijamente un objeto diminuto, tal como un punto en una pared o la llama de una vela. Los textos sánscritos indican que la práctica debería continuarse hasta que salten las lágrimas, y que entonces se curarán toda suerte de enfermedades de los ojos. He oído con frecuencia comentar a maestros hindúes que durante latrataka las lágrimas liberan muchos "venenos" y energías negativas que se han acumulado en los ojos. Como médico he encontrado que esta técnica es muy útil para corregir determinados defectos de la vista, siempre y cuando se aplique a tiempo. Numerosas personas han podido prescindir de sus gafas graduadas con solo hacer este ejercicio. Ha funcionado con personas que no hacía mucho tiempo que las llevaban, como máximo unos meses, y hasta uno o dos años. En concreto, la trataka obra maravillas con los adolescentes.
Todo lo antedicho es para explicar que, si se alcanza el estado en que los ojos bullen y las lágrimas corren por las mejillas, no hay que preocuparse, sino más bien regocijarse. De acuerdo con la antigua ciencia del Hatha-Yoga, esto liberará tensiones en los ojos y evitará diversas enfermedades. En todo caso, utilice el sentido común: aumente la duración gradualmente y no fuerce la práctica. No hay ningún mérito espiritual en el hecho de dañarse a uno mismo.
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  • Como siempre que se trata de energías, hay días en que es fácil estar sin parpadear, sin esfuerzo y durante largos períodos de tiempo. En cambio, en otras ocasiones es como si se tuviera una nube de humo tóxico delante de los ojos, y resulta imposible no parpadear cada dos segundos. La mejor perspectiva consiste en aceptar que la energía es cambiante y caprichosa por naturaleza, y continuar practicando sin dar demasiada importancia a estas fluctuaciones.

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión V

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5.5 Para finalizar cualquier práctica de contacto visual


Cierre los ojos
Frote las manos entre sí durante unos segundos.
Coloque las palmas de las manos (no los dedos) sobre los ojos cerrados, tocando la cara, de modo que estén en contacto con la piel, y no separadas de la misma.



Correcto


Erróneo


Deje que la calidez de las manos penetre en los ojos. Permanezca en esta posición durante medio minuto, o algo más, disfrutando de su efecto sanador.
Durante esta fase se tendrán experiencias trascendentales de luz interior.
Chasquee los dedos y abra los ojos.
Intercambie impresiones con su compañero.
Entonces, comience de nuevo. Haga una reconexión con los ojos cerrados durante dos o tres minutos (sección 5.3). Abra los ojos y reanude el contacto visual de la misma manera.
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  • Que ocurre exactamente cuando se consigue la inmovilidad absoluta y se tiene la sensación de que la propia energía se coagula? Entre otras cosas, la conexión entre el cuerpo etérico y el cuerpo físico se afloja ligeramente. El cuerpo etérico es el plano de la vibración. Siempre que se sienta vibración se sentirá lo etérico. Cuando se alcance una inmovilidad total, lo cual es más que una mera ausencia de movimiento, ello implicará que el cuerpo etérico ya no estará tan atrapado dentro del cuerpo físico. Será liberado parcialmente y, por tanto, estará más disponible para realizar ciertas funciones independientemente del cuerpo físico. Por tanto se podrá sentir una intensa vibración por todo él.
  • En la medicina china tradicional se dice que "los ojos son las puertas al corazón", y que "el corazón es la puerta al shen". En nuestro contexto, dicha frase podría traducirse por: "el corazón es la puerta al Ego Superior". Mientras se aplican las palmas de las manos sobre los ojos, ha podido sentir cómo el calor alcanzaba el corazón? Trate de amplificar esta transferencia de cálida energía que alimenta el corazón.

Cómo Despertar el Tercer Ojo La Visión IV

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Práctica 5.4 Contacto visual con foco en el ojo yestado 

de visión


Comenzaremos con las dos primeras partes de nuestro triple proceso de visión, el cual será descrito con detalle en la sección 5.13.
Siéntese con la espalda recta, frente a un amigo o un espejo, de acuerdo con lo expuesto en la sección 5.2.
Antes de empezar, pase tres minutos con los ojos cerrados haciendo una reconexión, según se describió en la sección 5.3.
Abra entonces los ojos y dirija la mirada a los ojos del amigo, o bien a los propios en el caso de que practique frente a un espejo.
Parte 1: foco inmóvil en el ojo
Hágase consciente en el ojo, en el área del entrecejo, y permanezca extremadamente quieto. Trabajar para alcanzar la inmovilidad es más que una ausencia completa de movimiento. Al enfocarse en el ojo, todo se aquieta dentro de uno mismo, como si se fuera coagulando la propia energía. Puede sentirse que uno se hace cada vez más denso.
La quietud del contacto visual es una "inmovilidad conectada", por la cual puede sentirse la energía del ojo resonando con la vibración por todo el cuerpo. De ahí la sensación de mayor densidad o de frecuencia más elevada que se experimenta en el cuerpo.
Una vez se alcance el clímax de quietud, tendrá la sensación de que incluso si quisiera moverse, no podría hacerlo. Por supuesto, si realmente se quisiera, se podría; pero para hacerlo, primero habría que salirse de la experiencia.
A lo largo del presente libro, cuando quiera que se emplee la expresión "el ojo" nos referimos al área del entrecejo. Pero hay que tener en cuenta que "enfocarse en el entrecejo" únicamente significa que debería permanecerse consciente de dicha área. No quiere decir que se deban dirigir los globos oculares a ningún sitio en particular, y cuanto más nos olvidemos de los mismos, tanto mejor. Asimismo, esto es aplicable a la meditación en el tercer ojo (Capítulo 3), en la que los ojos se mantienen cerrados, así como para todos los ejercicios de contacto visual.
Parte 2: Conciencia del estado de visión
(Las partes 1 y 2 deben realizarse simultáneamente).
A continuación se explica uno de los grandes secretos de los sabios, el cual puede crear importantes aperturas de la percepción. Generalmente, cuando se dirige la atención a un objeto con los ojos abiertos, se mira la imagen y sus diferentes partes. Y entonces los diferentes elementos son procesados por la mente consciente. Algunas técnicas que apuntan al desarrollo de la acuidad mental, incluso fomentan el entrenamiento para absorber el máximo de detalles de una imagen. Por ejemplo, se muestra un dibujo de varios objetos y se asigna un tiempo limitado de unos cuantos segundos para examinarlo. Entonces, se supone que hay que listar tantos objetos como la mente pudo retener conscientemente. Todo ello está relacionado con lo que podría llamarse el "modo mental de visión", o visión desde la conciencia mental ordinaria. Como se vio anteriormente, este plano es precisamente la parte de uno mismo que está ciega a los mundos espirituales. Para ser capaz de ver auras y seres espirituales, es preciso desconectar este modo mental de visión.

Hay un secreto para conseguirlo: en vez de mirar cualquiera de los detalles de la imagen, hay que hacerse consciente del hecho de ver. Normalmente, con el modo de visión mental se estaría ocupado mirando la imagen y averiguando si su contenido es cuadrado o redondo, verde o amarillo, bonito o feo, y así sucesivamente. Pero ahora, con el modo de visión no mental, se hará algo completamente distinto. Se hará que decaiga el interés en cualquiera de los componentes de la imagen, mientras que por otra parte nos haremos conscientes del hecho de ver. Para ver hay que dejar de mirar. Se traslada la atención desde el objeto de la percepción hacia el proceso de percibir. En lugar de observar el objeto, se comienza a observar la acción de ver, el hecho de ver, o estado de vision.
Resumen de la práctica 5.4
Este primer nivel de contacto visual está compuesto por dos partes, las cuales se efectúan al mismo tiempo mientras se está sentado frente a un amigo o un espejo:
1) Inmovilidad absoluta, con un fuerte foco en el ojo, parpadeando lo mínimo posible.
2) Conciencia del hecho de ver, o estado de visión, en vez de mirar.
La duración de la práctica de contacto visual será al principio de tres a cinco minutos. Auméntela de forma gradual hasta quince minutos o más. Para concluir la práctica, siga los pasos que se indican en la sección 5.5.
Si la 'visión' es un problema...
A lo largo del presente libro nos referiremos al triple proceso de visión, del cual la parte 1 es la inmovilidad en el ojo y la parte 2 el estado de visión. La parte 3 se relaciona con el corazón y se introducirá en la sección 5.13. Si encuentra difícil conectar con el estado de visión, es conveniente recordar los siguientes puntos:
  • La percepción del estado de visión no tiene por qué ser precisa. Un sentido vago del hecho de ver es suficiente para que se desarrolle el proceso.
  • En el caso de que ni siquiera pueda alcanzarse una vaga conciencia del hecho de ver, olvídese temporalmente de ello y procédase del modo que se explica a continuación. Primeramente, olvídese del amigo o espejo y de cualquier detalle de la imagen.
 
En lugar de mirar la imagen, trate de sentirla.
Reemplace el estado de visión por "sentir la imagen en vez de mirarla" y continúe con el proceso. (Observe que no es únicamente la imagen del amigo lo que hay que sentir, sino también el espacio alrededor del mismo).
Las cosas se clarificarán por sí mismas a medida que se progrese.
  • En la sección 7.12 se darán explicaciones más detalladas acerca del estado de visión..